1.- En el momento de conocer que tenemos piojos o que
nuestros hijos los tienen, hay que informar
a nuestro entorno más próximo: familia, amigos y escuela.
¿Por qué?
-
Estamos
haciéndole un gran favor a todos ya que es posible que alguien más de su
entorno tenga piojos y quizás aún no se haya dado cuenta. De esta forma, podrán
revisar sus cabezas y en caso de tenerlos, poner remedio. Un piojo adulto puede
poner más de 50 huevos en una semana que se convertirán en nuevos piojos a la
semana siguiente.
Poner remedio a tiempo minimiza el
problema.
-
Si
nos limitamos a limpiar la cabeza pero no decimos nada, es muy posible que se
produzca una re-infestación puesto que alguien de nuestro entorno probablemente
también tenga piojos y nos los vuelvan a transferir.
2.- No utilizar pediculicidas ni ningún producto que contenga algún químico o insecticida para prevenir el contagio. Antes de usar cualquiera de estos tratamientos comprobar que existe una infestación real y activa en la cabeza.
¿Por qué?
- Estamos aplicando un producto con componentes químicos en la cabeza sin necesidad
- Provocamos que el piojo cree resistencias y se hagan inmunes a esos compuestos dejando de ser efectivos.
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